Al norte de la isla de Mallorca, en el encantador pueblo pesquero de Barcarés, se encuentra una encantadora finca que hace realidad todos los sueños de unas idílicas vacaciones de verano. Barcarés es uno de los últimos pueblos pesqueros auténticos y desprende un encanto único y nostálgico. El pueblo es conocido por sus playas vírgenes y su ambiente tranquilo, que atrae a los viajeros que buscan escapar del ajetreo moderno. La ubicación de la finca no podría ser mejor. A un corto paseo se encuentran las pintorescas playas de Barcarés, pequeños supermercados locales y el casco antiguo de Alcudia. Aquí podrá vivir verdaderos cuentos de hadas veraniegos, ya que podrá llegar fácilmente a todo a pie o en bicicleta sin tener que depender nunca de un coche. Vacaciones como hace 40 años - pura relajación entre mallorquines sin ningún tipo de estrés. Esta finca está perfectamente enclavada en el campo llano, a sólo 400 metros del mar en línea recta, rodeada de frondosos pinares. La naturaleza es aquí la protagonista: se han utilizado materiales locales para integrar armoniosamente la finca en su entorno, prestando especial atención a la conservación de la vegetación y a un huerto ecológico. La finca combina un estilo mediterráneo y diáfano con toques modernos. Las habitaciones, amplias y luminosas, y el mobiliario de buen gusto crean un ambiente acogedor y relajante. El diseño interior recuerda el elegante estilo de un complejo turístico de lujo, donde los elementos tradicionales se combinan con el diseño contemporáneo para crear un ambiente único. Esta finca es el refugio ideal para cualquiera que desee experimentar la auténtica magia de Mallorca, un lugar en el que uno se siente inmediatamente como en casa y puede dejar atrás la vida cotidiana.